El Parque de Málaga, un lugar que casi todos conocen de su existencia, pero no de su interesante historia e interior.
Hoy venimos a hablaros del famoso Parque de Málaga, también conocido como Parque de la Alameda, el cual nutre al Centro de la ciudad de zonas verdes y una bonita conexión con el Palmeral de las Sorpresas y el Puerto de Málaga.
Su diseño corresponde a un jardín mediterráneo con un gran número de especies tropicales y subtropicales, que convierten al Parque en uno de los parques públicos más importantes de toda Europa en lo que a flora exótica se refiere. El Parque es un paseo con vegetación a ambos lados, de carácter renacentista y barroco que cuenta con especies de los cinco continentes. Un hecho que hace de la zona un lugar muy prestigioso. El Parque fue construido a finales del siglo XIX en terrenos ganados al mar cuyo objetivo era la ampliación del Puerto de la ciudad y que supuso un gran coste en su momento. Cuenta con una accesibilidad muy cómoda y es agradable a lo largo de todo el año gracias al clima existente en la capital de la ciudad y también gracias a que en su diseño se contó con la idea de que hubiese zonas más frondosas que aportaran sombra y zonas más abiertas para hacer posible el paso del sol a muchas horas del día.
La diversidad de especies de la que hemos hablado antes es muy amplia. Por nombrar algunas emblemáticas: la Encephalartus Laurencianus, que se encuentra frente a la esquina del edificio de la Aduana. Esta planta fue regalada por el propio Marqués de Larios. Abundan mucho los ejemplares aislados, o en pequeños grupos de Cycas revoluta y tres o cuatros de Dracena Draco o Drago de Canarias, con hojas rígidas y punzantes y frutos rojizos en racimos colgantes. Aparece también el Pinus Canariensis, Grevillea robusta, planta del hemisferio sur, concretamente de Australia, cuyo nombre vulgar es Árbol de Fuego.
Se pueden admirar varios ejemplares magníficos de Pandanus candelabrum, árbol de las zonas pantanosas del África suroriental, con poderosas raíces zancos, en torno a la gran fuente labrada en Génova, por orden del Emperador Carlos V, después de haber sido apresada y rescatada de los piratas moriscos y que fue trasladada por designio real a Málaga Rodeada de cipreses de Méjico o de Virginia, conocidos como el "Árbol de la noche triste " por ser apoyo de un grupo de caballeros y de Hernán Cortés escapados de una matanza durante la conquista de Méjico.
Seguimos destacando especies como Callitris quadrivalvis, exclusiva del Norte de África, Chorisias, árboles del Sur de Brasil y del Norte de Uruguay, conocidos como palo borracho por su peculiaridad al hincharse. Gracias a los Larios y a otras célebres familias malagueñas, el Parque se fue poblando de una rica colección y selección de plantas procedentes, en su mayoría, de países tropicales y subtropicales.
El gran Ficus pendulata, la palmera de cáñamo, procedente de China o el Cameropo humilis única en Europa. Especies originarias de Asia y Oceanía tropical, el grupo de palmeras Archontophoenix Cuninghamin de Australia, con su esbelto talle anillado por las cicatrices de las hojas desprendidas; cedros del Líbano; araucarias de América austral; yucas, cicas, elobeas que alternan con enebros y tuyas japonesas. La agrupación de Palmeras de California, los grupos de Strelitzia augusta... de todo esto se desprende que existen plantas procedentes de todos los continentes.
En cuanto a los orígenes del Parque de Málaga, se encuentra unida a la del último siglo de la ciudad. Tiene su origen en una Ley de 1896, inspirada por Cánovas del Castillo, en la que disponía que se determinaran y concretaran los límites de la zona de servicios del Muelle del Marqués de Guadiaro, con la idea de ajardinar una importante parte de los terrenos ganados al mar, permitiese transmitir a los malagueños del siglo XX el más importante parque público europeo en lo que a flora exótica se refiere, pasando a ser prolongación de la Alameda principal hasta el comienzo del Paseo de la Farola.
El autor de los preliminares del proyecto fue el Marqués de Larios, siendo aprobados por el Ayuntamiento. En la larga fase de desarrollo y diseño intervinieron al menos los arquitectos Rivera, Guerrero Strachan, Rucoba y Crooke. Pero fue el arquitecto Rucoba quién comenzó la empresa con los escasos y deficientes métodos propios de hace más de un siglo. Hasta el año 1897 no fue posible disponer del espacio que hoy ocupa este recinto, en terrenos ganados al mar, ya que el proyecto del jardín no fue aprobado por Real Orden hasta este año, tardando más de 30 años en convertirse en lo que hoy podemos contemplar como un auténtico vergel.
En definitiva, es un lugar que debe ser visitado sí o sí si no eres de Málaga y visitas la ciudad y que debes conocer más a fondo si eres malagueño y no te has parado a pensar en la historia y la riqueza de su interior.
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